lunes, 14 de diciembre de 2009

REDD, adicionalidad y paralelos con desplazados y paramilitares en Colombia

Uno de los temas que más me interesa en Copenhague es REDD, o Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal. El domingo 13 fue el día de los bosques en la COP15 y REDD se discutió en forma. Una buena explicación la da la BBC aquí. Con REDD, los países tropicales recibirían créditos por disminuir la tasa de deforestación por parte de países en desarrollo. Mientras más reduzcan su deforestación por debajo de la línea base más créditos y dinero recibirían. Con este esquema, los países con mayores tasas de reforestación iniciales recibirían más dinero. No obstante, un problema no resuelto aún en las negociaciones es cómo remunerar a los países que no han tenido mucha deforestación y que han conservado sus bosques históricamente. Hasta el momento, este tema se sigue discutiendo y puede ser un punto de quiebre entre países con altas tasas de deforestación y otros con bajas tasas.

Según la jerga climática, el concepto de adicionalidad es importante aquí. Adicionalidad quiere decir que la reducción de emisiones producto de una política (REDD) o un proyecto (MDL) debe ser adicional a aquella reducción que hubiera ocurrido en ausencia del proyecto. Es decir, es la diferencia entre lo que ocurriría si REDD no es aprobado y lo que ocurriría cuando REDD sea aprobado. Para muchos, la adicionalidad es fundamental pues las políticas climáticas deben pagar por esfuerzos adicionales que conlleven a reducción de emisiones y no por las acciones que reduzcan emisiones que ya se estén haciendo, así sea con otros objetivos. Por ejemplo, en el protocolo de Kyoto, los países que invierten en MDL quieren pagar sólo por proyectos adicionales que no existirían sin su inversión, pues "daría lo mismo no pagar - en términos de beneficios climáticos" por cosas que ya se estén haciendo por iniciativa propia del país.

Honestamente, pienso que la fijación con la adicionalidad es muy perjudicial. Siguiendo esa lógica con REDD, los países que hayan conservado muy bien sus bosques hasta el momento como Costa Rica, Suriname o Gabón no tendrían derecho a muchos fondos REDD pues su tasa de deforestación es mínima y por tanto no hay mucho que reducirla, a diferencia de Brasil e Indonesia quienes generan la mayor parte de emisiones por deforestación. ¿Y quién saldría premiado entonces? Brasil e Indonesia recibirían dinero por todo lo que dejan de emitir, en tanto que los otros países no pueden acreditar todos los años que dejaron de deforestar.

Aunque la analogía no es perfecta ni mucho menos, hay paralelos con la política de Justicia y Paz en Colombia. Una queja común es que los reinsertados de los paramilitares reciben más dinero y atención del gobierno que los desplazados en Colombia, pues en esencia se les está pagando para que reduzcan la tasa de violencia y no regresen a la guerra, pues recibiendo mesadas no tienen necesidad de ganar dinero en las filas de los grupos armados. Si se les deja de pagar, es muy alto el riesgo de que reincidan. Esos pagos generan una "adicionalidad" en términos de reducción de la violencia, y por eso los pagos son efectivos desde el punto de vista económico. En cambio, los pagos a los desplazados ayudan a su supervivencia y son compensación del Estado por ser víctimas, pero no generan mucha "adicionalidad" en términos de reducción de la violencia, puesto que los desplazados no eran aquellos que la estaban generando. Con la lógica de la adicionalidad, no tiene sentido pagarle a los desplazados pues la violencia no se reduciría ya que por lo general ellos son víctimas y no victimarios. Pero ¿es ésta la lógica que debe reinar? Lo que no se mira es el serio problema moral de retribuir con creces al que más ha hecho daño y no darle mayor cosa al que se ha portado bien.

Es fácil ver como un sistema REDD que no incluya a los países de baja deforestación no será un buen sistema y puede incluso fomentar la deforestación en países que hasta el momento han conservado sus bosques. Por eso, lo clave es definir cómo se calculan las líneas base. Una excelente propuesta es la de calcular la línea base de deforestación para cada país en función combinada del promedio global de deforestación y del promedio histórico por país en los últimos 10 años. A los países con baja deforestación, se les premiaría no tanto por reducir sus tasas históricas como por mantenerse debajo del promedio mundial; en tanto que a aquellos por encima del promedio global se les pagaría por las reducción en las tasas respecto a sus promedios históricos nacionales. Así, ambos tipos de casos serían remunerados.

Lastimosamente, al parecer REDD no pinta muy bien para los países con baja deforestación, según el análisis de las negociaciones de CIFOR.

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