¡Qué maravilla, Colombia compartió deshonores con Estados Unidos en el tercer puesto del Fósil del Día del día 8 en Copenhague! Colombia anduvo obstaculizando el progreso en REDD, cambiando el texto, en particular sobre el asunto de la línea de referencia nacional para contabilizar la deforestación.
Colombia quiere que se le pague por reducir la deforestación a nivel subnacional y no a nivel nacional. Pero esto es absurdo pues a nivel global lo que importa es el resultado neto de la deforestación, y si en alguna región se logra conservar el bosque mientras que en otras la deforestación es rampante el resultado neto puede ser de mayores emisiones.
Carlos Costa, el Ministro de Ambiente dijo en entrevista con El Espectador que “si en alguna región pasa algo la posibilidad de recibir plata para el resto del país se ve amenazada. Los proyectos de Redd tienen que ser consultados con las comunidades. No puedo llegar a decir "por ley aquí se baja la deforestación".
A las ONG les huele mal la actitud de Colombia, y con razón. Pues con un esquema subnacional Colombia podría quedar muy bien protegiendo la Amazonía pero permitiendo la destrucción del Chocó, para minería, tala ilegal y cultivos de palma. Es entendible que el gobierno no pueda de un tajo frenar la deforestación ni controlar los cultivos ilícitos, pero precisamente para eso es el dinero de REDD, para que se implementen politicas que reduzcan los motores de la deforestación. Y si no se hace a nivel nacional el sistema pierde toda credibilidad por la facilidad de que se creen fugas.
La posición de Colombia es aún más grave teniendo en cuenta que REDD es uno de los puntos del acuerdo con mayores esperanzas cifradas en Copenhague y para el cual existe el mayor consenso entre los países. Así que sabotear REDD le puede salir muy caro al país.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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